06 enero 2007

Ciudad Oculta

Odio esta ciudad por que nunca duerme.
Caminar por la ciudad de noche es aventurarse a otro mundo, cual ir tras bastidores de la funcion que es la vida. un espacio carente de magia, lleno de operarios desconocedores de el sentido de la "civilizacion"y mugre, MUCHA mugre.
Pero nadie lo ve, mejor dicho a nadie le importa lo que se junta bajo la alfombra. Ese universo que solo existe después de la hora de dormir.
Al momento de escribir es viernes a la noche en un plaza olvidada. Presentes están los menores alcoholizados y el olor a marihuana. Todo se mueve carente de sentido, mancillando todo lo acceptado por la sociedad.
Y un servidor esta presente, un testigo silencioso en un esquina perdida de una ciudad como cualquier otra escribiendo sobre el surrealismo trasnochante.
Por mi mente pasan millones de pensamientos y sensaciones y mientras un diminuto insecto camina por mi cuaderno un volantero ofrece los servicios sexuales de unas menores de edad importadas. Nada que me asombre.
Mientras la noche sigue su curso la ciudad muestra sus mejores galas pero nada que pueda asombrarme. En breves momentos me veo rodeado de gente, bah, rostros olvidables y carentes de expresión, sombríos entes sólo interesados en la poca libertad que pueden tener en una situación tan ajena a sus verdaderos seres. Unos momentos fuera de su agónica cotidianeidad.
La mesa está servida, los comenzales presentes, las jeringas cargadas con la morfina de la antisocialidad, nada que perder u olvidar.
Siento mi actitud cambiar por motu propio, me vuelvo mas huraño. Pienso en irme, dejar a todos los presentes atrás, no puedo soportar las reacciones que producen ver a alguien haciendo algo "culturoso", se exitan, curiosean, preguntan y yo sólo pienso en que lo hacen por el miedo a lo desconocido, a lo que se esconde en el papel.
Por eso odio este lugar. Por que es un mundo nuevo cada noche, y cada noche es un infierno.

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