03 enero 2007

Blanca Navidad y Prospero año nuevo



Todos oímos hablar de la blanca navidad y nos preguntamos que tenía de blanca en esta ciudad sin nieve. Si yo tuviera en mi haber un estilo particular de vida, podría decir qué tienen de blancas y hacer una estadística por estrato. Pero no. Y tengo otra razón.

Quizá hayan oído hablar del dolor blanco: cuando el estímulo sobrepasa la resistencia de los receptores y anula todo, y lo único que queda en el cerebro es el color blanco. A mí me sucede con el calor. Cuando hace tanto calor fuera que la presión sube, la piel hierve y el cerebro se fríe en su propia salsa. Entonces sólo hay blanco ... y estoy a un paso de babear como dogo en crack. Al menos para mí, esta fue una blanca navidad... y también año nuevo, que pasé tirada en el piso pidiendo no desmayar o por lo menos desmayarme, a ver si algo mejoraba.

Y hablando de año nuevo. Uno desea prosperidad para el año entrante, y hace todo para mermar la misma. ¿ Qué tiene de próspero comenzar el año en primer lugar quemando dinero en alcohol y pirotecnia que resulta después en más gastos de médicos, traslados, seguros, grúas, hospitales y medicamentos? Sin mencionar el ocasional funeral y la consecuente pérdida de ingresos a raíz de la pérdida del familiar, o en el mejor de los casos parte de él (la parte útil), sin mencionar el período de recuperación que puede resultar del mismo modo en pérdida de trabajo.
En suma, que salvo unos pocos afortunados que realmente disfrutan una o dos noches festejando junto con sus seres queridos, la mayoría de nosotros sufrimos desde el rechazo de los parientes (desde y hacia) hasta accidentes graves, pasando por las diversos fases de miseria y humillación. Enúmerandolas: envidia, sarcasmo, hipocresía, desprecio, violencia, miedo, ira, depresión, felicidad etílica que conlleva verguenza propia y ajena, rechazo, reproches, despecho, muertes, mutilaciones, traumas permanentes, recuerdos horribles y anécdotas de la infancia.

Por éstas y mil razones más, creo que ustedes también odian este lugar.

No hay comentarios.: